miércoles, 6 de enero de 2010

Envuelta en los ropajes de una vida pasada.

Dreams in the hell. | Envuelta en los ropajes de una vida pasada.. @Gizehwilde

Envuelta en los ropajes de una vida pasada, dio un vuelco al alma.

Entró en la habitación, cambiando el bullicio por silencio, las risas por un total desconcierto.

Estiró los brazos en señal de bienvenida, & al instante todos aplaudieron, agobiados de felicidad.
Ella junto las manos & bajo la cabeza como si fuese a rezar.

Unas vanas lágrimas resbalaron por su mejilla. En menos de cinco minutos había conmovido a su público.
Caminó, con galanura hacia su privilegiado sitio reservado.

Boquiabiertos le miraban pasar. Era de esos espectáculos que uno pocas veces uno cree que sucederán.

-Muchas gagcias pog habeg venido. Son bien gecibidos. Os invito a pasag una buena noche-habló con su penetrante acento francés.

El auditorio estalló en vitoreó nuevamente.

-Mis quegidos hegmanos, a pasado tanto tiempo, que apenas os geconosco.

Habló, durante lo que me parecieron horas, pero la danza que creaban sus gesticulaciones al expresarse me mantuvo sentado en mi silla.

Fascinado, maravillado. Extasiado.

Al final de la velada, cogí lo que apenas era el retoño de una rosa & se lo entregue a esa embriagante dama.

Absorto en su elegancia & garbo, le conté de mis andanzas por el viejo mudo, los siete mares & el universo.

Con una suave caída de ojos, me platicó, historias bellísimas de amantes que perdieron su alma en la inmensidad del océano.

De ciegos que recuperaron la vista por un tipo que se hacía llamar el mesías.

Muertos que volvían a respirar.

Entonces sentí inmensas ganas de llorar.

Tomo mi mano & el contacto fue parecido a una descarga eléctrica, no me importo, su piel suave & fría quemaba mi piel.

Tampoco interesó.

De pronto supe, que era todo lo que había buscado, & todo lo que nunca encontraría si la dejaba ir.

-Quiero qué te cases conmigo.

-Oh, mi quegido amigo, no hablaís ensegio. Soy todo menos una potencial esposa-río bajito.

-Mi bella dama, usted es lo que he esperado por años. Sucedieron tres cosas la vez.

Ella retrocedió hacia él salón para despedir a los invitados, yo de espaldas suspiré & un estruendo terrorífico inundo el cielo.

Al darme vuelta solo alcance a vislumbrar un cuerpo en el suelo por la oscuridad de la noche.

Pero al acercarme, pude ver como el rayo, había partido por la mitad aquel cuerpo que amé.

No, no ella no, todos menos ella, no, no, ¡NO!

Qué espectáculo tan grotesco & aterrador, lleno de vísceras & sangre.

Carmesí por aquí, carmesí por allá.

Asqueado llegue a la cocina de aquella inmensa casa.

Vomité en el fregadero, una & otra & otra vez más.

Un viscoso sudor me escurría por la cara.

No tenía que ser adivino para suponer, qué como en las películas ahora los comensales de tan adusta cena, rodeaban al cuerpo, petrificados.

Alcancé a ver, un picahielos. ¿De qué me servían mis ojos si ya no la podría ver?

Lo encaje en mis globos oculares, hasta que se volvieron una masilla sanguinolenta.

Lo hundí con tanta insistencia & rapidez, que el dolor físico quedo como segundo factor.

Mejor aún ¿de qué necesitaba yo la vida, sin aquel encantador acento francés?

Entonces inserte el corazón, en el picahielos.

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